viernes, 23 de octubre de 2009

Botinero de Arrabal...


Más Chuquito que Alicero…
Rocamero y Botinero de arrabal,
Harapero confitado de ojos negros limonados,
va pidiendo una Carella, más si alguien se Nubea no pierde la Portuñeta y corre con su Pantín.
Con los Tiros de la cuadra se junta en cada Jota y recuenta los cospeles pa´ llevarle a la Mañera.
Masillado de tan solo siete abriles, qué de risas se perdieron…
Te cazo y el Torco late fuerte, grillito.
Y otra Yeta… otra más…
Otra Yeta recorre mi cara al verte, viaja por cada gesto, por cada rueca.
Porque en esa Yeta estas vos, Botinerito de arrabal.
Porque en esa Yeta estuve yo…

domingo, 18 de octubre de 2009

Hay Personas...


Hay personas Lamentando
Hay personas Suspirando
Hay personas Deseando
Hay personas Descubriendo
Hay personas Obsesionadas
Hay personas Retorcidas
Hay personas Diciendo muchísimas pavadas
Hay personas Perdiendo el tiempo
Hay personas Mirándose a los ojos
Hay personas Tristes
Hay personas Juntando monedas
Hay personas Con mucha mucha sed
Hay personas A punto de quebrarse en un llanto
Hay personas Tan tentadas
Hay personas Mirando un amanecer
Hay personas Inspiradas
Hay personas Gozando
Hay personas Cantando
Hay personas esperando personas
Hay personas…
A veces me olvido que hay personas…

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pensamientos en un día de lluvia…


-Seguro! Estoy seguro… incluso puedo descubrir su cara si cierro los ojos y me concentro frunciendo mucho el ceño! Está dando vueltas por ahí, hasta se puede estar mojando ¿porqué no la habré encontrado aún?
-Que contentas se ven las plantas, parecieran cantar de alegría, ¿y los árboles? ¿Escucharon a los árboles entonar su melodía de hojita seca en ramita menor?
-Hay mucha gente que hoy no está disfrutando de este día lluvioso… Merde!
-Llueva en invierno, primavera, otoño o verano, no importa… SIEMPRE me dan ganas de comer Sopa a la Reina en los días de lluvia!
-Las nubes dicen palabritas en el cielo que no entiendo…
-Si fuera domingo me quedaría tantas horas tirado en casa!
-En el sur, el cielo lluvioso es lo único color gris en miles de kilómetros, en la ciudad el cielo lluvioso no tiene contraste… todo se vuelve color ciudad, a veces es triste.
-¿Uno está un poquito más enamorado cuando llueve?
-La lluvia invita a la reunión, la reunión al debate e intercambio, el debate a la creación de nuevas ideas, las nuevas ideas a revoluciones… de cualquier tipo… ¿será por la lluvia que Inglaterra tuvo las bandas que tuvo?
-“Que de veredas flojas!”-dice Jorge- mientras se pierde toda la belleza de la tormenta veraniega mirando una y cada una de las baldosas que pisa…
-A veces camino bajo la lluvia como si fuese algún tipo de químico que al contactar con nuestra piel la derritiese. Camino, cuello tenso, ojos al piso, ofuscado con la naturaleza por elegir justo ese momento para molestarme… no sé porqué… En un instante me doy cuenta que en realidad no me importa en absoluto y siento un gran alivio al empaparme!
-Tengo un amigo que cada vez que llueve, sale desnudo a darse una ducha de lluvia en su patio. Lindo amigo…
-“Los días de lluvia tendrían que ser feriados”, piensa Noelia mientras espera el 152 que va para Barracas…
-El mar y la lluvia se llevan muy bien…
-Aunque cueste muchísimo tengo que arrancar con el día! Au Revoir!

jueves, 8 de octubre de 2009

Otro día como hoy...

Juan salió a las siete y media caminando por la puerta del dos ambientes que no hace más de un mes decidió alquilar. Prefirió tomar el subte, en el subte no hace frío y hay muchas minas. De todos los colores.
No pudo ver muchas minas, se paró debajo de uno de los aparatos que ventilan en el vagón y el constante viento lo despeinaba. No miró más minas, lo irritó ver su forzado flequillo, todavía húmedo del baño, ir y venir en la ventana; en el reflejo de la ventana, en el subte.
Después de dos estaciones se sentó y el viento del aparato que ventila en el vagón se distrajo con un grupo de rulos teñidos, rulos de Nora que siempre toma el subte y no le molesta despeinarse.
Juan no tenía frío. Intento leer el diario, los titulares del diario que leía Julieta, una estudiante de economía que se bajaba en Facultad de Medicina. Sólo logró ver las fotos, Julieta estaba sentada justo enfrente de Juan, que no quiso sacar los anteojos así que no leyó los titulares. Vio las fotos. Una le causó gracia y sonrió, justo cuando Julieta se quiso mirar en el reflejo de la ventana y lo vio a Juan. A ella no le importó. A él si.
Le dio miedo Julieta. Le gustó. “y si le digo algo?”, pensó Juan y su corazón latió indiscreto en la camisa blanca con la que mejor quedaba el traje azul con liñitas grises. “No”, pensó. Y no dijo nada. Hasta que Julieta bajó no la pudo volver a mirar. “Cuando estaba sentada era mas linda” se dijo mientras le miraba el culo que se zarandeaba de un lado a otro apurado mientras la chicharra sonaba, las puertas se cerraban, el subte seguía y Julieta ya no estaba. No tenía buen culo, Julieta. Juan no tenía frió.
Escuchó la voz de un pibe que seguro quería monedas. Tenía cuatro pelotitas de colores, era evidente que hacía malabares. A la mañana en el subte hay mucha gente dormida yendo a trabajar como Juan. Y no hay mucho lugar en el subte a la mañana, por eso todas las pelotitas del pibe terminaron en el piso. Ignacio le dio cincuenta centavos. Juan no le dio nada, ni siquiera lo pensó. Apoyó la cabeza contra la ventana cerró los ojos y creyó que estaba dormido, pero no.
Sólo escuchaba, con los ojos cerrados escuchaba. Las voces de los dormidos pasajeros se superponían y formaban un murmullo que le taladraba la cabeza, intentó durante unos minutos particularizar una sola voz entre todas y se sorprendió cuando pudo.
Ignacio se bajaba todos los días en Callao, en la estación Callao, caminaba dos cuadras, doblaba en la calle de la plaza cuando no la quería cruzar por el medio y llegaba a su trabajo. Hoy presentaba la renuncia y estaba contento. Se paró y al levantarse golpeó con su mochila, desbordante de libros de historia, a Juan. Juan se recompuso muy irritado, miró a Ignacio que muy sentido dijo “perdón, viejo!” y sonrió. La sonrisa gano la pulseada, ya no estaba irritado, Juan. Sonreía, y en algún lugar de su dormida persona tenia ganas de darle un beso.
La mochila de Ignacio, llena de puteadas de pasajeros, se bajo del subte, Ignacio también. Juan lo miró caminar por el andén, chicharra, puertas, no lo vio más. “Seguro que su vida es interesante, mucho mas interesante que mi vida. Me gustaría ser así” pensó mientras buscaba su reflejo en la ventana y un ruido que nunca había escuchado, porque Juan no toma seguido el subte, lo aterró. Se tapo los oídos, Juan. Con fuerza se presionaba los tímpanos, con los índices. Vio que no era el único, había otros. La normalidad con que lo hacían tranquilizo a Juan que relajó el entrecejo y respiró normalmente hasta que el ruido desapareció.
Estación Tribunales, leyó. “me voy a cagar de frió”, pensó mientras comparaba su desabrigada ropa con la del resto. Estuvo a punto de ponerse el sobretodo, el negro. El marrón le queda corto de mangas. Pero vio en el noticiero que: “para la tarde, temperatura en amento” iba a estar todo el día arrastrando el sobretodo por el centro y no le gusto la idea, lo tiró, desprolijo, sobre el sillón del living. Juan estaba en el subte sin Julieta, sin el pibe, sin Ignacio, sin sobretodo. Distinguió una vos de mujer que advertía que en la próxima estación se podía hacer combinación con otros subtes, era su estación, Juan se tenía que bajar. Miro a su alrededor, la gente se preguntaba entre si “bajas?”, eso le gustó a Juan, le resultó simpático. Le pregunto a Nora “bajas?”. Nora contesto que no y se corrió. Juan se miró en el vidrio de la puerta, el flequillo se miró, hasta que la luz de la estación invadió el vagón y el reflejo quedo atrás. La puerta se abrió, Juan bajó, chicharra, puerta y Juan no estaba más.
Nora bajo en la siguiente estación, despeinada, muy despeinada.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un día como hoy...

Franco, en el arenero del jardín, sintió algo en la panza que nunca había sentido antes al mirar a Agustina y se asusto...
A Eva se le quemó otra torta por culpa de los titulares coloridos de TN...
Julio entro a trabajar a las 9 de la mañana, sin poder pegar un ojo en toda la noche, y no deja de pensar en ese pajarito que, no entiende bien porque, canta de noche...
Natalia está pensando seriamente en renunciar e irse a recorrer Latinoamérica en caballo, pero no va a renunciar...
A Jorge lo despertó un mensaje de texto de su empresa de celulares y le molesto mucho...
Nicolás mira a una mujer en el colectivo y se pregunta por qué no se anima a hablarle, finalmente ella se bajó...
En medio de la sesión de terapia Julián piensa por primera vez que hace tiempo que no estaba tan triste como hoy...
Rodolfo, mientras compra caramelos, se acuerda de sus nietos y se le escapa un lagrimón...
Un tipo se encuentra pensando cómo lastimar a alguien y se da miedo...
Julieta mira a Mauro mientras comen, lo ve gordo y bastante pelado pero lo quiere tanto que no le importa y una sonrisa se le escapa sin darse cuenta...
La familia Rodríguez está muy triste porque murió Irma...
Nació Josefina, es hermosa... Toda la familia Burelli está muy feliz!
Leo mira fijamente a su perro dormir, realmente cree que los perros entienden todo pero se hacen los giles...
Matías consiguió trabajo después de tanto tiempo! Esta noche hay brindis, mi amor!!!
Natali está buscando la mejor forma de decirle a Nicolás que esta aburrida y cansada de seguir juntos...
Gastón se despertó con 39° de temperatura, los padres se asustaron y lo llevaron a la guardia del Italiano...
Eduardo se dio cuenta que es un tipo bárbaro!
Desde un costado del fogón, Valeria le grito "te amo" a Martin y no le importo que todos la miraran....
A Victoria se le acabaron los días, tiene que volver a capital... va a extrañar mucho a su familia y a toda su gente de Corrientes...
Juan empezó a cantar un tema mientras escuchaba la radio y resulto ser otro... se puso muy colorado...
Manuel tiro el paquete de cigarrillos y cree que esta vez es en serio...
En su casa, un tipo se puso a pensar en los demás...